El experimento clásico de la “botella azul” consiste en que una disolución incolora adquiere color cuando se agita. Los reactivos clave son el azul de metileno (que es el que da el color) y la glucosa. Aquí se sustituye la glucosa por vitamina C y la reacción se cataliza con iones de cobre. La vitamina C reduce al azul de metileno y lo vuelve transparente, para volver a ser azul si es aireado. Sigue leyendo «Al azul de metileno no le sienta bien la vitamina C»
Siempre que me agites me volveré azul, pero si me dejas reposar pierdo el color
Una disolución incolora se torna azul cuando se agita. Al dejarla reposar, vuelve a ser incolora, pero una nueva agitación la hace otra vez azul. El ciclo se puede repetir bastantes veces. El secreto está en un ingrediente que proviene de fuera de la disolución: el oxígeno del aire. Sigue leyendo «Siempre que me agites me volveré azul, pero si me dejas reposar pierdo el color»